Hoy os traemos una receta con un único ingrediente, dedicada a todos los amantes del chocolate. Y es que hacer tus propios huevos de Chocolate para Pascua es un proceso mucho más sencillo de lo que piensas, además de reconfortante y entretenido. Si nunca has probado a hacerlos, no puedes perderte el inconfundible sabor de hecho en casa. Receta de El Escondite de Lola
INGREDIENTES
En ésta ocasión no puede ser más sencillo. Un único e indispensable ingrediente.
• 250 gramos chocolate de cobertura aproximadamente.
PREPARACIÓN
En primer lugar, comenzaremos por asegurarnos que nuestro molde para chocolate esté perfectamente limpio, libre de polvo o cualquier tipo de grasa.
Un poco de algodón en su cara interna nos servirá para que el molde esté reluciente, y el acabado del huevo de chocolate sea más limpio.
Seguidamente, nos encargamos de fundir el chocolate.
En nuestro caso, utilizamos chocolate belga de cobertura Callebaut.
Es un proceso sencillo para el cual tan sólo has de tener en cuenta el uso de un termómetro para chocolate, a fin de asegurarte trabajar en temperaturas óptimas, y evitar que éste se queme.
Del mismo modo, el termómetro para chocolate nos permitirá llevar a cabo el atemperado del mismo, para un acabado brillante, y sin motitas.
Calentamos el chocolate de cobertura al baño María sin dejar de remover, hasta que éste se funda, en torno a 50ºC .
Para el atemperado, simplemente vertemos el chocolate derretido en un bol, y lo sumergimos en agua fría o hielo (con cuidado de que no salpique agua al chocolate) para dejarlo enfriar hasta unos 28ºC, sin dejar de remover en el proceso.
Por último volvemos a calentar hasta unos 31ºC, llevándolo de nuevo al baño María.
Con éste proceso tan sencillo, ya habremos conseguido una de las cosas más importantes a la hora de trabajar con chocolate, y es un atemperado perfecto para aportar brillo y sedosidad a la superficie del chocolate.
Vertemos el chocolate ya atemperado sobre nuestro molde de huevo de chocolate, una pequeña cantidad bastará inicialmente.
Inclinamos nuestro molde al tiempo que lo vamos girando para asegurarnos que el chocolate cubre toda la superficie del mismo.
Retiramos cualquier exceso de chocolate, que podremos reutilizar, y alisamos con una espátula para un borde perfectamente liso.
Podemos repetir el proceso cuantas veces queramos hasta obtener el espesor deseado para nuestro huevo de Pascua.
Dejamos enfriar boca abajo sobre papel de hornear, o bien pasamos a frigorífico durante unos 15 minutos. Mientras tanto, repetimos el mismo proceso con la segunda cara del molde.
Una vez secas ambas mitades, desmoldarán fácilmente con la ayuda del calor de nuestra mano.
Tan sólo nos quedará juntar ambas mitades con un poco de chocolate derretido, y ¡¡difrutar de nuestro huevo de Pascua!!