Receta original enviada por La Guinda del Pastel.
La Guinda del Pastel nos enseña a elaborar fácilmente una deliciosa crema de piña (o del sabor que prefiráis), perfecta para utilizar a modo de relleno en bizcochos, tartas, cupcakes, tartaletas, o bien para comer tal cual o untada sobre pan o galletas. Se trata de un curd muy sencillo de elaborar en casa, con pocos y básicos ingredientes, y lo mejor de todo, ¡¡delicioso!!.
INGREDIENTES
• 3 yemas de huevo (tamaño mediano)
• 1 cucharada de harina fina de maíz (Maicena)
• 100 gramos de mantequilla sin sal
• 350 gramos de piña natural (unas 3 rodajas gruesas aproximadamente)
• 110 gramos de azúcar blanquilla
PREPARACIÓN
Seguro que habéis oído hablar en alguna ocasión de famoso lemon curd tan utilizado en la repostería anglosajona…
¿Pero qué es eso de un curd?
Pues bien, en cuanto a su preparación, nuestra crema o curd de piña, no es más que una especie de natillas, y el resultado final es bastante similar.
Con una buena piña e ingredientes básicos como huevos, azúcar y mantequilla, obtendremos una crema suave y de sabor intenso.
Del mismo modo, si preferimos otra fruta en vez de la piña, se pueden llevar a cabo variantes de naranja, mango, limón, pera,…
Así que sin más, vamos con una receta super sencilla a la que a buen seguro le sacaréis muchísimo partido en vuestras elaboraciones por las múltiples posibilidades que presenta.
PASOS A SEGUIR
En primer lugar, cortamos la mantequilla en trocitos pequeños y reservamos.
A continuación, separamos las yemas de las claras de los huevos.
Cortamos la piña en rodajas, en trozos grandes, y le quitamos la piel.
Trituramos con la batidora o robot de cocina hasta obtener un puré homogéneo y sin grumos.
Llevamos el puré obtenido a un cazo o cazuela pequeña, añadimos el azúcar, las yemas y la Maicena, y removemos bien hasta integrar todos los ingredientes.
Ponemos a calentar a temperatura media y seguimos removiendo hasta que empiece a espesar, unos 7 minutos aproximadamente.
Retiramos del fuego y añadimos la mantequilla en trozos, poco a poco, según vamos removiendo e integrando, y volvemos a calentar durante 1 ó 2 minutos hasta que quede espeso y homogéneo.
Por último, dejamos enfriar y conservamos en la nevera, para lo que es aconsejable utilizar un tarro de cristal, y consumirlo en una semana.