INGREDIENTES

Para un molde desmontable de 23 centímetros:

• 15 galletas digestive
• 50 gr de mantequilla
• 400 gr de dulce de membrillo
• 75 ml agua templada
• 6 láminas de gelatina
• 1/2 litro de nata
• 1/2 litro leche templada
• 400 gr de queso de untar
• 75 gr de azúcar
• 12 láminas de gelatina
• Barquillos y Menta para la decoración

PREPARACIÓN

En primer lugar, vamos a elaborar la base de la tarta, para lo cual procederemos a triturar las galletas y derretir la mantequilla.

Mezclar bien, y llevar a nuestro molde yo he optado por un molde desmontable de 23 centímetros de diámetro.

Forramos bien la base del molde con la mezcla, dejando una capa uniforme y compacta, y llevamos al frigorífico.

Para elaborar la base del membrillo, comenzaremos por hidratar la gelatina, para lo cual deberemos mantenerla en agua fría durante unos 15 minutos aproximadamente.

Ayudándonos de una batidora, procederemos a triturar el membrillo, para una vez hidratada la gelatina, deshacerla en los 75 ml de agua templada, y añadirla al membrillo triturado.

Batir bien hasta obtener una mezcla lo más homogénea posible, y verter en el molde que previamente habíamos forrado con la base de galletas y mantequilla que teníamos en el frigorífico.

Llevar de nuevo al frigorífico para que cuaje, y una vez esté cuajado, preparar la crema de queso, para lo que deberemos de hidratar las 12 láminas de gelatina en agua fría, y acto seguido disolverlas en la leche templada.

En un bol amasador procedemos a montar la nata con el azúcar, añadimos el queso de untar y la leche con la gelatina, y batimos.

Por último, verter la mezclar en el molde y llevar de nuevo al frigorífico, para que cuaje bien. Yo suelo hacer la tarta siempre el día anterior, pues el proceso de cuajado es muy importante en la elaboración.

Finalmente, decorar nuestra tarta al gusto, para lo cual yo he optado por utilizar barquillo y una ramita de menta, y ¡¡lista para degustar!!