Receta original enviada por Con Harina en Mis Zapatos.
Natalia, de Con Harina en Mis Zapatos nos trae éste delicioso pan para desayuno o merienda, rápido y sencillo de elaborar, tanto a mano como en panificadora. ¡Delicioso!
INGREDIENTES
• 140 ml de leche entera
• 30 ml de Vermouth (Yzaguirre en mi caso)
• 2 huevos M, ligeramente batidos
• 375 gr de harina de fuerza
• 1 cucharadita (tsp) de levadura seca de panadería
• 1/4 cucharadita (tsp) de sal
• 80 gr de mantequilla en pomada
• 1 cucharadita (tsp) de vainilla en pasta
• 1 cucharadita (tsp) de cardamomo molido
• 30 gr de azúcar moreno
• 10 de azúcar blanquilla
• 50 gr de arándanos deshidratados
PREPARACIÓN
En primer lugar, comenzamos por poner a macerar los arándanos en el vermouth, al menos durante 1 hora.
En un bol, mezclamos la harina y la levadura, tamizadas, y agregamos los dos tipos de azúcar, el cardamomo molido y la pizca de sal. Mezclamos e integramos bien.
Añadimos la leche y los huevos batidos, y comenzamos a trabajar la masa con la ayuda de una cuchara o espátula de madera.
Sobre la encimera debidamente enharinada, volcamos la masa y comenzamos a amasar.El mejor sistema es el amasado francés, alternando períodos de amasado y reposo.
En caso de preferir llevar a cabo el amasado en panificadora, tan sólo debéis añadir los ingredientes en la cubeta en el orden mostrado en la panificadora, y seleccionar el correspondiente programa de amasado.
El horneado podéis efectuarlo asimismo en panificadora si lo deseáis, pero en ésta receta finalizaremos el proceso en el horno.
Una vez la masa haya adquirido cierta consistencia, y el gluten se haya comenzado a desarrollar, agregamos la mantequilla, que debe estar en pomada y cortada en daditos.
Seguimos amasando y trabajando la masa hasta que la mantequilla se haya integrado por completo.
Cuando tengamos la masa casi lista; debe estar brillante, lisa, y con tensión superficial, incorporamos los arándanos bien escurridos, y amasamos ligeramente para repartirlos de forma uniforme en nuestra masa.
Formamos una bola y guardamos dentro de un bol. Cubrimos y dejamos reposar en un lugar cálido hasta que haya doblado su tamaño. El tiempo de levado variará en función de la época del año, y de la temperatura de nuestro hogar.
Cuando la masa haya levado, amasamos ligeramente para desgasificar (no es necesario emplearse a fondo en éste paso), y procedemos a dar forma.
Dividimos la masa en dos partes iguales, y las estiramos con la ayuda de un rodillo para masas dando forma rectangular.
Doblamos los extremos, enrollamos, y llevamos a un molde alargado tipo plumcake, de unos 20-23 cm que previamente habremos forrado con papel de horno.
Cubrimos y dejamos reposar de nuevo hasta que doble su tamaño. Éste segundo levado será más rápido que el primero, por lo que si la temperatura del hogar es la misma, llevará aproximadamente la mitad de tiempo que el primer levado.
Precalentamos nuestro horno a 180ºC, y justo antes de hornear, pintamos la superficie de nuestro pan con un poco de leche, lo que ayudará a hidratar la masa, y aportará color.
Horneamos durante unos 40-45 minutos. Si vemos que se dora demasiado rápido por la parte superior, podemos cubrirlo con papel de aluminio.
El pan estará listo cuando al golpear en su base suene hueco.
Retiramos del horno y dejamos reposar dentro del molde durante 5 minutos.
Pasado ese tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar completamente sobre rejilla enfriadora para que se elimine el exceso de humedad.
Ahora nos queda lo mejor, ¡¡a disfrutar de nuestro pan casero!! 😉